Alfredo Sanzol en 2017 llevó sobre el escenario "La Ternura", una obra teatral sobre la Reina Esmeralda, madre de dos hijas que odia a los hombres, porque siempre han condicionado su vida. Cuando deciden casar a sus dos hijas por conveniencia, la reina toma la drástica decisión de irse a una isla desierta para poder vivir las tres tranquilas y alejadas del género masculino. Sin embargo, al llegar a la isla ven que está habitada por un leñador y sus dos hijos, quienes, veinte años atrás, decidieron aislarse para no volver a tener contacto ni relación con ninguna mujer. En fin, ¿qué puede salir mal?

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El director Vicente Villanueva ha adaptado la obra de Sanzol para llevarla a la gran pantalla con un reparto de altura, encabezado por Emma Suárez, Gonzalo de Castro, Alexandra Jiménez, Fernando Guallar, Anna Moliner y Carlos Cuevas, que se estrenará el próximo viernes 29 de septiembre.

Y con motivo del pase de prensa acogido por Kinepolis FULL del Centro Comercial Splau el pasado 18 de septiembre, tuvimos el placer de cruzar algunas palabras con Carlos Cuevas y Anna Moliner, para hablar sobre el rodaje del film, sus experiencias grabando en plena jungla y sus reflexiones sobre la ola de censuras culturales que se están produciendo estos últimos meses.

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N.º90: Si os parece, empezamos por el principio. ¿Cómo llegó a vuestros oídos que Vicente Villanueva iba a dirigir "La Ternura"?

Carlos Cuevas: Por la vía convencional, que te llama tu representante y te convocan a un casting. Y “La Ternura” era una obra de teatro que conocía, a la que le tenía mucho cariño y fui como un perro con una presa, y dije “esto hay que hacerlo”. Pero luego no depende de ti. Nos emparejaron a Anna y a mí para hacer la prueba y decidieron los jefes.

Anna Moliner: Pero sí que de entrada valorábamos mucho el proyecto, teníamos muchas ganas de hacerlo los dos, nos conocíamos, intentamos prepararlo todo al máximo. Como dice Carlos, esto muchas veces no depende de ti y nunca sabes… pero sí que en la prueba teníamos buenas sensaciones.

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N.º90: Fue un rodaje ajetreado... ¿qué tal os lo pasasteis?

Carlos Cuevas: Bien, genial. ¡A mí es que me gusta mucho rodar! Hay gente muy quejica, pero a mí me flipa. Fue un rodaje de mucho viaje, Madrid, Canarias, República Dominicana…

Anna Moliner: Pero estar en República Dominicana era maravilloso.

Carlos Cuevas: En Canarias estuvimos como siete semanas. A mí me parece la hostia. Lo que me gusta más del cine que del teatro es eso, los viajes, que ruedas en otros sitios, que conoces diferentes lugares. El rodaje fue conflictivo, porque tuvimos lluvias, tormentas…

Anna Moliner: Pasamos también mucho calor, pero no pasa nada. A veces pasas frío, a veces calor, es lo que tiene.

Carlos Cuevas: Rodar en la jungla es un cristo, eh. Es un desastre a nivel logístico… ver cómo llegan los camiones, los charcos…

Anna Moliner: Pero sí que es verdad que el entorno te da tanto, porque estás en la jungla… ves las palmeras a tu alrededor y cuando te dicen “acción” dices, vale, ya estoy aquí. Te mete en situación. Es espectacular.

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N.º90: Sois actores muy versátiles y se nota el trabajo que hay detrás de cada uno de vuestros personajes. ¿Os tuvisteis que preparar de alguna forma en concreto para "La Ternura"?

Anna Moliner: Tuvimos la suerte de ensayar mucho, que esto es muy importante. Porque a veces pasa que en cine o en televisión tienes poco tiempo de ensayos y aquí como sabíamos que el rodaje sería tan complicado por lo que comentamos, pues con anterioridad, en Madrid, estuvimos quedando todos para ensayar y para entender cómo Vicente quería contar la historia, cuál era el tono, probar, conocernos… que esto era súper importante porque, al final, la historia es muy de actores y teníamos que estar los seis contando lo mismo y jugando a lo mismo, así que, en este sentido, fue sobre todo ensayar y cada uno ir encontrando a su personaje.

N.º90: Entonces, Carlos, ¿las habilidades con el hacha que vemos en la película son naturales?

Carlos Cuevas: Yo nací con un hacha en la mano, ja ja ja. No, no, que va. Me lo curré. A ver, hubo un especialista que nos enseñó en Canarias y luego yo pues me miré unos vídeos de Youtube de un flipado que hacía algunos movimientos con el hacha. Entonces aprendí a hacer unos trucos que funcionan y los ves en la peli y dices “vale, se lo ha currado”. Cuando hago de camarero también aprendo unas mierdas que las meto en la peli o en la serie. Todo son los trucos.

Anna Moliner: Pero estuvo muy guay, porque sí, tuvimos un especialista. Por ejemplo, en la escena final que saltamos todos y estamos por el suelo, las caídas y tal para mí era algo muy nuevo que no había hecho anteriormente, con tanta acción, y estuvo genial poder ensayar también esto, porque en situación a veces no hay tiempo.

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N.º90: ¿Hay alguna escena de la película en particular que recordéis con especial cariño?

Anna Moliner: Todas las tuyas.

Carlos Cuevas: Cuando te descubro en el manantial vestida de mujer, esa es increíble. Pero lo primero que rodamos fue arriba en el volcán y de eso tengo muy buen recuerdo también, porque era el primer día.

Anna Moliner: Sí, es verdad. Pues creo que también era mi favorita. Porque era muy especial… era el primer día y ahí ya había algo entre nosotros, con el corazón abierto… esa me encanta.

Carlos Cuevas: Es lo que pasa con el cine, que se rueda desordenado. Te toca empezar la comedia romántica por el beso, literalmente. Y bueno, ya luego al cabo de dos semanas te conoces y nosotros empezamos por una secuencia importante.

Anna Moliner: Cierto. Esa escena cuando la vi me emocioné, recordando ese momento.

N.º90: Para acabar con la entrevista, justo la semana pasada se volvió a suspender otra obra de teatro en Andalucía. Como actores, ¿cómo estáis llevando toda esta ola de censuras?

Carlos Cuevas: A mí me da un pavor… no sé qué se ha cancelado, pero sé de otras que sí y a mí más que pena me da mucha violencia interna. Me parece gravísimo, hay que votar a los que no quieren censurar las obras.

Anna Moliner: Es que la libertad es fundamental. Es que es muy fuerte.

Carlos Cuevas: Da un miedo atroz. Hay que hacer cosas, hay que sindicarse, hay que liarla, hay que hacer una mani gorda.

Anna Moliner: Normalizamos muchas cosas, ahí está el problema principalmente.

"Todo vale en el amor y en la guerra", le preguntaba una perspicaz Kate Hudson a un joven Matthew McConaughey en 'Cómo perder a un chico en 10 días' allá por 2003. Sin embargo, este pasado viernes 18 de noviembre llegó a los cines españoles una película que reinventa este famoso y clásico dicho y que nos ha vuelto a demostrar que del odio al amor hay tan solo un paso (y viceversa). 

Basada en el best seller de Sally Thorne, 'The Hating Game' cuenta la historia de Lucy Hutton (Lucy Hale) y Joshua Templeman (Austin Stowell), quienes no solo rivalizan día tras día en el trabajo, sino que se verán aún más enfrentados por conseguir un ascenso. Sin embargo, ese aparente odio a primera vista dará paso a algo más y nos demostrará que 'todo vale en el amor y... en el trabajo'. 

Y aunque la trama de los dos protagonistas es ya de por sí cautivante, hay algo más que logra fascinarnos escena tras escena: el vestuario, en concreto, el de Lucy Hale. 

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Con un estilo chic-vintage y un toque romántico, Lucy nos sorprende con camisas vaporosas adornadas con lazos, tonos rojizos y camel, y un precioso little black dress que tiene una connotación especial en la trama del film. Y para saber cómo se creó su vestuario y cuál fue la inspiración para el armario del personaje, tenemos el gran placer de hablar con Astrid Brucker, la diseñadora de vestuario de 'The Hating Game'. 

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'Joshua', 'Price Check', 'Silver Tongues', 'Starved', 'Three Perfect Days', o 'Changing Hearts' son solamente algunas de las producciones donde podemos ver el trabajo de la artista. Graduada en Parsons School of Design, Astrid Brucker empezó en el mundo de la moda en New York, diseñando trajes de noche y vestidos, y dio el salto al diseño de vestuario con Circle Rep Theater y con el coreógrafo Jerome Robbins en su ballet 'In The Night'. Además, Astrid Brucker es la diseñadora de su propio firma, Astridland que incluye tops, vestidos, partes de abajo, chaquetas e increíbles vestidos de noche. 

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Solo necesitas ver los cinco primeros minutos de la película para darte cuenta de algo: el vestuario de Lucy Hutton es único, icónico e inconfundible. ¿Cuál fue la inspiración para crearlo desde cero? "El estilo de Lucy es vintage chic, no compra en el centro comercial. Al principio, investigué mucho en Internet y compartí con la directora los tableros de ideas. Afortunadamente, cuando compraba en el norte del estado de Nueva York recibía referencias de otras tiendas vintage y esto me ayudaba a encontrar los mejores looks vintage para ella", comenta la diseñadora.

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Sin hacer mucho spoiler, en la película hay un punto de inflexión marcado por un maravilloso little black dress que luce Lucy y que será el comienzo de un 'nuevo juego' entre la protagonista y Joshua: "El diseñador del precioso vestido negro es Joos Tricot. Tenía el nivel de sofisticación y encanto sin ser demasiado sexy. Porque Lucy está en su trabajo de editora y todavía tiene que parecer profesional y este vestido fue la mejor elección. Es la transición perfecta de su look de bibliotecaria a una mujer que planea una cita después del trabajo", cuenta Astrid Brucker.

Todo el vestuario de Lucy sigue la misma línea y, luzca vestidos de fiesta o outfits más formales, vemos cómo estos están perfectamente adaptados a su propio estilo. ¿Cuáles fueron las marcas que funcionaron mejor para este personaje? Atentos a la respuesta de Astrid: "Entre las marcas que han funcionado para Lucy se encuentran Longchamp y Aritzia, y se han mezclado con piezas vintage únicas. Intentamos dar vida al personaje haciendo que llevara piezas únicas y femeninas y, a medida que su carácter cambia y asciende, se vuelve más sofisticado y menos femenino. Lucy es artística, creativa y piensa de forma diferente, por lo que todo está impregnado de un estilo especial."

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Conforme la película avanza, Lucy no deja de sorprendernos con looks increíbles, lo que hace que el espectador se enamore completamente de su vestuario. Pero, ¿hay algún look que Astrid recuerde con especial cariño? "¡Me encantaron todos los looks que se nos ocurrieron! Lucy Hale es una mujer muy guapa y está fantástica con todo. Pero si me tuviera que quedar con uno, mi vestido favorito es el que abre la película", explica Astrid. 

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'The Hating Game' se ha posicionado entre las películas más vistas desde el mismo día de su estreno en EE.UU., lo que refleja claramente un gran trabajo detrás de cámaras. ¿Cómo fue trabajar en este proyecto? La diseñadora nos lo cuenta: "Fue un torbellino y estuve muy ocupada. Me encantaron las compras y las pruebas y encontrar todos los accesorios perfectos. ¡Fue una oportunidad maravillosa!"

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Qué sería de Lucy Hutton sin esos pantalones y faldas de cuadros, esas blusas enlazadas o esos vestidos con aires retro. Astrid Brucker ha conseguido no solo crear un vestuario, sino crear una identidad propia e inconfundible que ha logrado enamorar a cada uno de los espectadores. Así que, si todavía no habéis visto 'The Hating Game', no esperéis más para ver a Lucy Hale en escena luciendo unos de los outfits femeninos y vintage más alucinantes que hemos visto en mucho tiempo. ¡Os encantará! 

Después del increíble éxito de la primera temporada de "Historias para no dormir", serie de Prime Video que reversiona los clásicos del director Chicho Ibáñez Serrador, el formato vuelve a reinventarse con la producción de cuatro nuevos capítulos, esta vez de la mano de Jaume Balagueró ("El Televisor"), Salvador Calvo ("El Trasplante"), Nacho Vigalondo ("La Alarma") y Alice Waddington ("La Pesadilla").

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Esta segunda temporada de "Historias para no dormir" se ha presentado en la 55ª edición del Festival de Sitges (como bien se hizo con la primera entrega de la serie) y, por nuestra parte, hemos tenido el placer de hablar con Alice Waddington, directora del capítulo "La Pesadilla", en compañía de Mina El Hammani y Álvaro Morte, dos de sus protagonistas.

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Esta nueva versión de "La Pesadilla" (estrenada originalmente en 1967) nos traslada a una Galicia del año 1880 en la que la muerte acecha a varias jóvenes de la aldea. Sin ver más allá de los hechos y cegados por el miedo, los habitantes no dudarán en apuntar con el dedo al presunto culpable. Sin embargo, recurriendo al dicho popular, "La Pesadilla" nos enseñará que "ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos", y nos volverá a recordar en pleno 2022 lo perjudicial que es guiarse por los prejuicios y lo injusto que sigue siendo la discriminación de cualquier tipo, poniendo el foco, esta vez, en la racial.

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N.º90: ¡Bienvenidos de nuevo a Sitges! Hoy estáis aquí para presentar una nueva temporada de "Historias para no dormir"...

Álvaro Morte: Creo que era el entorno perfecto para estrenar esta segunda temporada de “Historias para no dormir.”

N.º90: ¡Totalmente! Alice, cuéntanos, ¿cómo te lleva a las manos el proyecto de "La Pesadilla"?

Alice Waddington: Me contactaron en 2019 y era muy difícil para mí hacerlo entonces, porque me estaba instalando en Estados Unidos. Ahora que vivo entre EE.UU. y España es mucho más sencillo dirigir proyectos aquí y me gustaría hacer muchos más. La cuestión es que me presentaron la idea, me enviaron los capítulos que faltaban por desarrollar y encontré “La Pesadilla”, una historia muy femenina, con una óptica muy matriarcal. Sentía que conocía a los personajes que había en ella. De hecho, hay un nombre que está nombrado por mi abuela, Rosa. Tuve ese impulso de decir: “si puedo hacer esta historia, me encantaría participar.” Y así fue. Me dediqué a ello desde el principio, con muchísimo entusiasmo. Además, tenía claro que el papel de Lúa (protagonista de la historia) era para Mina.

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N.º90: Comentas que desde el principio tenías muy claro que el papel protagonista era para Mina El Hammani. ¿Por qué?

Alice Waddington: En "La Pesadilla" tenemos una protagonista que por su origen cultural y racial tiene una historia que mueve todo el resto de la trama. Ella [Lúa] tiene un arco que tiene mucho que ver con descubrir su identidad. Entonces, creo que el rango dramático que tiene Mina y su manejo de tono, que es muy parecido al que tiene Álvaro, cuadra muy bien con esa historia de autodescubrimiento y de creación desde cero de una heroína gótica, tal vez con una actriz que no habíamos visto antes en un papel de terror. Me apetecía verla en ese contexto.

N.º90: "La Pesadilla" tiene lugar en una aldea gallega, pero ¿habéis llegado a rodar en Galicia?

Alice Waddington: Como suele pasar en televisión, había limitaciones de presupuesto y de tiempo, así que no pudimos rodar en Galicia. Rodamos en la aldea de Patones de Arriba y en el Castillo de Viñuelas, alrededores de Madrid. La aldea tenía la arquitectura más parecida a la arquitectura negra gallega que es tan característica, pero sí que tenemos a varios actores gallegos en la serie.

N.º90: ¿Es la primera vez que coincidís trabajando todos juntos, verdad?

Álvaro Morte: Sí, y espero que sea la última (entre risas).

Mina El Hammani: Para mí, Álvaro ha sido un descubrimiento real de ser humano. A nivel actoral ya conocía su trabajo y siempre me ha gustado y me ha fascinado, porque, te doy el titular: para mí es un Alan Rickman. Álvaro Morte para mí es el Alan Rickman español, porque tiene muchísimos matices y quiero que, por favor, se descubran todos. Son de esos actores que yo necesito ver. Y es verdad que luego, trabajando, aparte de ser un cachondo, es muy buena persona y es un compañero fascinante. Ha estado en compañía con todos nosotros, con muchísimo cuidado... hemos jugado muchísimo siempre desde un lugar de compañeros y con una mirada de tú a tú. Que eso para mí es glorioso en esta profesión. Me llevo un aprendizaje, charlas muy interesantes... que la gente pagaría por esas charlas, la vida de Álvaro da para muchas temporadas (ríe). Pero ha sido un lujo. Es lo que dice todo el mundo, pero yo lo he podido experimentar y ha sido así; ha sido un lujo.

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Álvaro Morte: Yo estoy encantadísimo, nos lo hemos pasado en grande. Como decía Alice, ha sido un rodaje muy duro, muy sacrificado y claro, cuando tienes delante un rodaje tan tremendo, en términos de sacrificio, o vamos todos a una o es imposible de salvar. Entonces, si tú llegas al set e intentas favorecer ese buen rollo, esa buena energía, el que podamos ayudarnos… ostras, hay mucho que grabar y tenemos poco tiempo. Si nosotros aquí, más allá de nuestras bromas que podamos hacer, para favorecer que todo sea un poco más amable, podemos trabajar entre nosotros y decir: “oye cómo podemos trabajar esta escena”, “cómo hacemos tal”, y entre todos conseguimos ayudarnos un poco, todo va a ir muchísimo más rodado. Luego hay otra cosa muy importante y es que cuando tú arrancas un proyecto, da igual lo que habías hecho antes, da igual. En este proyecto arrancas de cero. Y la intención, cuando intento trabajar, es partir desde ahí; de decir: yo no tengo ningún tipo de experiencia, ni ningún tipo de formación. Lo único que te da ese poso que efectivamente está ahí es el estar centrado en lo que tienes que estar haciendo e intentando favorecer que la máquina vaya lo mejor posible. Entonces, en "La Pesadilla", yo me encuentro con una directora que favorece eso, que se empeña en tener ensayos y más ensayos, lo que se agradece muchísimo porque luego en el rodaje no estás perdiendo tiempo, ni estás nervioso; sabes a lo que vas. Sabes que lo tienes trabajado, sabes que tú luego en casa puedes reafirmarlo y reforzarlo y, aparte, me encuentro con unos compañeros con los que es un gustazo poder entrar en el drama al momento, que dicen un “corten” y nos reímos de lo que ha pasado en la escena anterior, que recuperamos, que sales y entras de la concentración en el momento necesario de una forma muy rápida y muy certera. Y entre todos lo que hemos hecho ha sido intentar ayudarnos de la mejor manera. Yo en Mina he descubierto una actriz como una catedral de Burgos de grande. Es descomunal, de la cantidad de matices, del nivel de verdad que hay en cada una de sus interpretaciones, de la capacidad de conexión que tiene con su compañero, en este caso hablo de mí, pero la he visto hacer escenas con otra gente y te quedas absolutamente embobado.

Alice Waddington: Mina tiene química con una mesa camilla (sonríe).

Álvaro Morte: Ahí tienes otro titular (ríe). Pero sí, efectivamente, para mí ha sido un absoluto placer.

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N.º90: ¿Qué retos os ha supuesto "La Pesadilla" que no os habéis encontrado con otros proyectos?

Alice Waddington: Para mí la dificultad más grande era esconder el mal a plena vista. La banalidad del mal. El placer está en cuándo se va a pillar el malo, más que quién es el malo. Tiene ese punto de Agatha Christie de que el malo está apuntando con el dedo a todo el mundo y se esconde a plena vista, pero, al mismo tiempo, tienen que ser personajes que te gusten y te agraden y les quieras cuando les ves y los que tienen pinta de ser líderes románticos que sean los malos, y los que tienen pinta de ser malos que sean los líderes románticos. Para mí, la complejidad está en eso como escritora. Está en construir el arquetipo versus el conocimiento de la persona y el destapar un poco las capas de ese arquetipo para saber quién es y quién se esconde ahí debajo. Toda la historia va en realidad sobre la comunicación y sobre la polarización entre religión y ciencia, algo que hemos vivido estos dos últimos años. Al final, la intolerancia se cura hablando, conociéndose y conviviendo. No hay ninguna otra manera. Espero que en algún momento podamos dejar de hablar que según qué actor o actriz es la excepción porque en nuestro país no existen más actores o actrices de ciertos orígenes étnicos o ciertas razas que puedan interpretar ciertos papeles.

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Álvaro Morte: Para mí había un gran reto y es que, yo tengo una compañía de teatro, soy el director, y me gusta mucho trabajar con los clásicos. Para mí en este caso, al ser un clásico, creo que el gran reto era el cómo revisas ese clásico, porque creo que tiene un tono que, como decía Alice, tiene forma clásica de terror, pero el reto estaba en conseguir el equilibrio entre respetar esa esencia y poner valor en eso, y, al mismo tiempo, contarlo desde un punto de vista novedoso. Ese punto que puede parecer sencillo es realmente complicado. Es decir, que puedas favorecer que el espectador entre en ese pacto de ficción y que le permita viajar a una época y que se crea que estamos allí y que al mismo tiempo no se le cuente cómo se hacía en aquel entonces, sino desde otro sitio distinto… creo que es muy valorable. Para mí era como el gran reto. Luego si que es verdad que en la construcción del personaje, en el trabajo con los compañeros y demás, con la directora, ha sido, no digo fácil, pero se ha ido amoldando y desarrollando, pero para mí el gran reto era ese: buscar el equilibrio de la revisión del clásico.

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Mina El Hammani: Totalmente de acuerdo con lo que ha dicho Álvaro. Aparte también, para mí, hubo un reto, sobre todo, en el momento final. Sin hacer spoilers, había una cuestión de que yo sabía qué emoción tenía este personaje en ese momento. Pero el reto era cómo lo traspasas a algo totalmente irreal, algo con lo que yo no he convivido o algo que yo no he visto en mi vida. Sí que había ahí el reto de decir, “cómo tengo que regular esta emoción, pero que no sea una cosa exagerada que nos lleve a una fantasía”, porque, al final el personaje sigue siendo un ser humano. Entonces había algo ahí de ir ajustando e ir regulando en qué momento, sobre todo cuando iba in crescendo el personaje y llegaba a ese momento de traca final, que se mantuviese todavía con los pies en la tierra; que no fuese una cosa que estuviese levitando.

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N.º90: Por lo que comentáis, aparte de estos retos, ha sido un rodaje muy afable...

Alice Waddington: Mina y Álvaro son dos personas absolutamente maravillosas y que tienen un tono increíble y que creo que se entendieron muy bien desde el principio; tienen una profunda seriedad al trabajar. Espero que esta historia, la que se cuenta en "La Pesadilla", tienda puentes hacia la comunicación y hacia el diálogo entre culturas, que nos hace falta.

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