Después del increíble éxito de la primera temporada de "Historias para no dormir", serie de Prime Video que reversiona los clásicos del director Chicho Ibáñez Serrador, el formato vuelve a reinventarse con la producción de cuatro nuevos capítulos, esta vez de la mano de Jaume Balagueró ("El Televisor"), Salvador Calvo ("El Trasplante"), Nacho Vigalondo ("La Alarma") y Alice Waddington ("La Pesadilla").
Esta segunda temporada de "Historias para no dormir" se ha presentado en la 55ª edición del Festival de Sitges (como bien se hizo con la primera entrega de la serie) y, por nuestra parte, hemos tenido el placer de hablar con Alice Waddington, directora del capítulo "La Pesadilla", en compañía de Mina El Hammani y Álvaro Morte, dos de sus protagonistas.
Esta nueva versión de "La Pesadilla" (estrenada originalmente en 1967) nos traslada a una Galicia del año 1880 en la que la muerte acecha a varias jóvenes de la aldea. Sin ver más allá de los hechos y cegados por el miedo, los habitantes no dudarán en apuntar con el dedo al presunto culpable. Sin embargo, recurriendo al dicho popular, "La Pesadilla" nos enseñará que "ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos", y nos volverá a recordar en pleno 2022 lo perjudicial que es guiarse por los prejuicios y lo injusto que sigue siendo la discriminación de cualquier tipo, poniendo el foco, esta vez, en la racial.
N.º90: ¡Bienvenidos de nuevo a Sitges! Hoy estáis aquí para presentar una nueva temporada de "Historias para no dormir"...
Álvaro Morte: Creo que era el entorno perfecto para estrenar esta segunda temporada de “Historias para no dormir.”
N.º90: ¡Totalmente! Alice, cuéntanos, ¿cómo te lleva a las manos el proyecto de "La Pesadilla"?
Alice Waddington: Me contactaron en 2019 y era muy difícil para mí hacerlo entonces, porque me estaba instalando en Estados Unidos. Ahora que vivo entre EE.UU. y España es mucho más sencillo dirigir proyectos aquí y me gustaría hacer muchos más. La cuestión es que me presentaron la idea, me enviaron los capítulos que faltaban por desarrollar y encontré “La Pesadilla”, una historia muy femenina, con una óptica muy matriarcal. Sentía que conocía a los personajes que había en ella. De hecho, hay un nombre que está nombrado por mi abuela, Rosa. Tuve ese impulso de decir: “si puedo hacer esta historia, me encantaría participar.” Y así fue. Me dediqué a ello desde el principio, con muchísimo entusiasmo. Además, tenía claro que el papel de Lúa (protagonista de la historia) era para Mina.
N.º90: Comentas que desde el principio tenías muy claro que el papel protagonista era para Mina El Hammani. ¿Por qué?
Alice Waddington: En "La Pesadilla" tenemos una protagonista que por su origen cultural y racial tiene una historia que mueve todo el resto de la trama. Ella [Lúa] tiene un arco que tiene mucho que ver con descubrir su identidad. Entonces, creo que el rango dramático que tiene Mina y su manejo de tono, que es muy parecido al que tiene Álvaro, cuadra muy bien con esa historia de autodescubrimiento y de creación desde cero de una heroína gótica, tal vez con una actriz que no habíamos visto antes en un papel de terror. Me apetecía verla en ese contexto.
N.º90: "La Pesadilla" tiene lugar en una aldea gallega, pero ¿habéis llegado a rodar en Galicia?
Alice Waddington: Como suele pasar en televisión, había limitaciones de presupuesto y de tiempo, así que no pudimos rodar en Galicia. Rodamos en la aldea de Patones de Arriba y en el Castillo de Viñuelas, alrededores de Madrid. La aldea tenía la arquitectura más parecida a la arquitectura negra gallega que es tan característica, pero sí que tenemos a varios actores gallegos en la serie.
N.º90: ¿Es la primera vez que coincidís trabajando todos juntos, verdad?
Álvaro Morte: Sí, y espero que sea la última (entre risas).
Mina El Hammani: Para mí, Álvaro ha sido un descubrimiento real de ser humano. A nivel actoral ya conocía su trabajo y siempre me ha gustado y me ha fascinado, porque, te doy el titular: para mí es un Alan Rickman. Álvaro Morte para mí es el Alan Rickman español, porque tiene muchísimos matices y quiero que, por favor, se descubran todos. Son de esos actores que yo necesito ver. Y es verdad que luego, trabajando, aparte de ser un cachondo, es muy buena persona y es un compañero fascinante. Ha estado en compañía con todos nosotros, con muchísimo cuidado... hemos jugado muchísimo siempre desde un lugar de compañeros y con una mirada de tú a tú. Que eso para mí es glorioso en esta profesión. Me llevo un aprendizaje, charlas muy interesantes... que la gente pagaría por esas charlas, la vida de Álvaro da para muchas temporadas (ríe). Pero ha sido un lujo. Es lo que dice todo el mundo, pero yo lo he podido experimentar y ha sido así; ha sido un lujo.
Álvaro Morte: Yo estoy encantadísimo, nos lo hemos pasado en grande. Como decía Alice, ha sido un rodaje muy duro, muy sacrificado y claro, cuando tienes delante un rodaje tan tremendo, en términos de sacrificio, o vamos todos a una o es imposible de salvar. Entonces, si tú llegas al set e intentas favorecer ese buen rollo, esa buena energía, el que podamos ayudarnos… ostras, hay mucho que grabar y tenemos poco tiempo. Si nosotros aquí, más allá de nuestras bromas que podamos hacer, para favorecer que todo sea un poco más amable, podemos trabajar entre nosotros y decir: “oye cómo podemos trabajar esta escena”, “cómo hacemos tal”, y entre todos conseguimos ayudarnos un poco, todo va a ir muchísimo más rodado. Luego hay otra cosa muy importante y es que cuando tú arrancas un proyecto, da igual lo que habías hecho antes, da igual. En este proyecto arrancas de cero. Y la intención, cuando intento trabajar, es partir desde ahí; de decir: yo no tengo ningún tipo de experiencia, ni ningún tipo de formación. Lo único que te da ese poso que efectivamente está ahí es el estar centrado en lo que tienes que estar haciendo e intentando favorecer que la máquina vaya lo mejor posible. Entonces, en "La Pesadilla", yo me encuentro con una directora que favorece eso, que se empeña en tener ensayos y más ensayos, lo que se agradece muchísimo porque luego en el rodaje no estás perdiendo tiempo, ni estás nervioso; sabes a lo que vas. Sabes que lo tienes trabajado, sabes que tú luego en casa puedes reafirmarlo y reforzarlo y, aparte, me encuentro con unos compañeros con los que es un gustazo poder entrar en el drama al momento, que dicen un “corten” y nos reímos de lo que ha pasado en la escena anterior, que recuperamos, que sales y entras de la concentración en el momento necesario de una forma muy rápida y muy certera. Y entre todos lo que hemos hecho ha sido intentar ayudarnos de la mejor manera. Yo en Mina he descubierto una actriz como una catedral de Burgos de grande. Es descomunal, de la cantidad de matices, del nivel de verdad que hay en cada una de sus interpretaciones, de la capacidad de conexión que tiene con su compañero, en este caso hablo de mí, pero la he visto hacer escenas con otra gente y te quedas absolutamente embobado.
Alice Waddington: Mina tiene química con una mesa camilla (sonríe).
Álvaro Morte: Ahí tienes otro titular (ríe). Pero sí, efectivamente, para mí ha sido un absoluto placer.
N.º90: ¿Qué retos os ha supuesto "La Pesadilla" que no os habéis encontrado con otros proyectos?
Alice Waddington: Para mí la dificultad más grande era esconder el mal a plena vista. La banalidad del mal. El placer está en cuándo se va a pillar el malo, más que quién es el malo. Tiene ese punto de Agatha Christie de que el malo está apuntando con el dedo a todo el mundo y se esconde a plena vista, pero, al mismo tiempo, tienen que ser personajes que te gusten y te agraden y les quieras cuando les ves y los que tienen pinta de ser líderes románticos que sean los malos, y los que tienen pinta de ser malos que sean los líderes románticos. Para mí, la complejidad está en eso como escritora. Está en construir el arquetipo versus el conocimiento de la persona y el destapar un poco las capas de ese arquetipo para saber quién es y quién se esconde ahí debajo. Toda la historia va en realidad sobre la comunicación y sobre la polarización entre religión y ciencia, algo que hemos vivido estos dos últimos años. Al final, la intolerancia se cura hablando, conociéndose y conviviendo. No hay ninguna otra manera. Espero que en algún momento podamos dejar de hablar que según qué actor o actriz es la excepción porque en nuestro país no existen más actores o actrices de ciertos orígenes étnicos o ciertas razas que puedan interpretar ciertos papeles.
Álvaro Morte: Para mí había un gran reto y es que, yo tengo una compañía de teatro, soy el director, y me gusta mucho trabajar con los clásicos. Para mí en este caso, al ser un clásico, creo que el gran reto era el cómo revisas ese clásico, porque creo que tiene un tono que, como decía Alice, tiene forma clásica de terror, pero el reto estaba en conseguir el equilibrio entre respetar esa esencia y poner valor en eso, y, al mismo tiempo, contarlo desde un punto de vista novedoso. Ese punto que puede parecer sencillo es realmente complicado. Es decir, que puedas favorecer que el espectador entre en ese pacto de ficción y que le permita viajar a una época y que se crea que estamos allí y que al mismo tiempo no se le cuente cómo se hacía en aquel entonces, sino desde otro sitio distinto… creo que es muy valorable. Para mí era como el gran reto. Luego si que es verdad que en la construcción del personaje, en el trabajo con los compañeros y demás, con la directora, ha sido, no digo fácil, pero se ha ido amoldando y desarrollando, pero para mí el gran reto era ese: buscar el equilibrio de la revisión del clásico.
Mina El Hammani: Totalmente de acuerdo con lo que ha dicho Álvaro. Aparte también, para mí, hubo un reto, sobre todo, en el momento final. Sin hacer spoilers, había una cuestión de que yo sabía qué emoción tenía este personaje en ese momento. Pero el reto era cómo lo traspasas a algo totalmente irreal, algo con lo que yo no he convivido o algo que yo no he visto en mi vida. Sí que había ahí el reto de decir, “cómo tengo que regular esta emoción, pero que no sea una cosa exagerada que nos lleve a una fantasía”, porque, al final el personaje sigue siendo un ser humano. Entonces había algo ahí de ir ajustando e ir regulando en qué momento, sobre todo cuando iba in crescendo el personaje y llegaba a ese momento de traca final, que se mantuviese todavía con los pies en la tierra; que no fuese una cosa que estuviese levitando.
N.º90: Por lo que comentáis, aparte de estos retos, ha sido un rodaje muy afable...
Alice Waddington: Mina y Álvaro son dos personas absolutamente maravillosas y que tienen un tono increíble y que creo que se entendieron muy bien desde el principio; tienen una profunda seriedad al trabajar. Espero que esta historia, la que se cuenta en "La Pesadilla", tienda puentes hacia la comunicación y hacia el diálogo entre culturas, que nos hace falta.
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