Entrevista a Salvador Calvo

“Cada vez nos estamos metiendo en un universo en el que todo el mundo cuenta lo bueno de sí mismo y nada malo. Entonces solo se valora lo perfecto que eres. ”

¿Cómo algo tan natural como envejecer puede estar tan mal visto? Entre la influencia de las redes sociales y la reafirmación de cánones de belleza que representan a un porcentaje mínimo de la población, cada vez más la sociedad nos empuja a vivir con una presión constante de perfeccionismo que es completamente imposible de alcanzar.

Pero la cosa no se queda ahí. Sin muchas esperanzas de mejorar en esta materia en un futuro próximo, hay otra que nos pisa los talones. En los últimos años hemos sido testigos de una sociedad que va polarizándose progresivamente, en la que los ricos son más ricos y los pobres son más pobres, lo que nos lleva a pensar lo siguiente: ¿llegará un momento en el que la presión social por el absoluto perfeccionismo solamente pueda ser alcanzada por aquellos que sean más pudientes?

Bien, esta reflexión social ya la puso sobre la palestra Chicho Ibáñez Serrador en 1967 con "El Trasplante", uno de sus capítulos de "Historias para no dormir" y la ha recuperado este año Salvador Calvo, quien se ha encargado de reinventar el film para la serie homónima producida por Prime Video.

© Montse Alcaraz

Salvador Calvo, ganador del premio Goya a mejor dirección por "Adú", es el director de "El Trasplante", una historia protagonizada por Javier Gutiérrez en el papel de Andrés, un periodista que se queda sin nada y que se ve obligado a donar partes de su cuerpo para poder sobrevivir. ¿Los beneficiarios de esto? Las personas más ricas que, coaccionadas socialmente a no envejecer, pagan por trasplantarse partes de cuerpos de los llamados "donantes", lo que les asegura poder seguir viviendo sus vidas con normalidad.

© Montse Alcaraz

N.º90: ¡Felicidades por el capítulo! Cuéntanos, ¿cómo te surge la oportunidad de ponerte al frente de la dirección?

Salvador Calvo: Yo vi la primera temporada y me encantó. Tengo la anécdota de que mi primer curro fue en los estudios Buñuel de TVE, hace muchísimo tiempo, y estaba trabajando de ayudante de dirección en un programa infantil y en el plató de al lado estaban haciendo el "Un, dos, tres". Entonces ahí ya conocí a Chicho. Lo vi trabajando, vi el guion que tenía con todas sus notas, con todo su trabajo, y dije: "Dios mío". No era solo el talento, sino todo el trabajo que tiene y te das cuenta de que, evidentemente, había llegado ahí por talento y por esfuerzo. Se convirtió en un maestro para mí. Y es verdad que vi la primera temporada, me dio muchísima envidia, y tuve la suerte, por amigos comunes, de conocer a Alejandro Ibáñez (hijo de Chicho), y entonces le dije: "oye, a mí me encantaría participar". Y me dijo: "vale, elige uno [capítulo]". Y entonces, de los que había, escogí "El Trasplante".

N.º90: ¿Qué retos dirías que te ha presentado "El Trasplante"?

Salvador Calvo: Para mí el reto es que yo no soy un director de género, nunca he hecho cine de terror... tenía que acercarme de alguna manera a esto y encontrar un capítulo que se acercara a mi mundo. Entonces, vi que el "El Trasplante" contaba una historia que se acercaba mucho a lo que a mí me gusta, a historias con un mensaje social, y dije: "pues aquí nos lanzamos". Entonces Alejandro me comentó que ese capítulo era uno de los favoritos de su padre. Es un capítulo que es de 1967, que ya cuenta cosas que son tremendamente actuales, era muy interesante. También era un reto. El capítulo original se acerca de otra manera, es más satírico, también tiene una parte más dramática; pero el tono era muy diferente. Entonces había que encontrarle un tono propio y hacerlo mío de alguna manera. Creamos esta especie de universo que es un futuro no muy lejano... desgraciadamente. Precisamente por eso es terrorífico. Me gusta que la serie se llame “Historias para no dormir”, porque ahí entran todo tipo de películas, también estas que son un poco más "Black Mirror", que te dejan ahí pensando…

© Montse Alcaraz

N.º90: En el capítulo, se menciona que los personajes tienen que trabajar hasta los 80 años y que no tienen pensiones...

Salvador Calvo: Esto está ahí. Nosotros hemos rodado en AZCA, una zona de Madrid que podríamos decir que es el downtown financiero de la ciudad. Está en el centro, cerca de la Castellana y están todas las oficinas de los ejecutivos. Las torres son todas lujosas y la gente que trabaja ahí son triunfadores de la vida. La parte de debajo de esos edificios tiene unas escaleras que bajan a parkings y demás, y están llenas de personas sin hogar. Entonces, cuando estos ejecutivos se marchan, ya sabes, esa gente guapa y triunfadora... las personas sin hogar salen a la superficie. Esto ya es una metáfora de lo que estamos contando. Ya el sitio donde íbamos a rodar ya contaba ese universo, esas diferencias. Eso está muy polarizado en Estados Unidos. Cada vez nos estamos polarizando más: está la gente súper rica y la gente pobre que no tiene nada. Y si vamos quitando lo social, en EE.UU. ya se han cargado la sanidad pública y el sistema de pensiones. ¿Y qué patrimonio le queda ya a una persona que ha caído en desgracia? Encima un periodista, como protagonista... qué pinta un periodista en una sociedad en la que no hay autocrítica. ¿Qué patrimonio le quedan a esas personas? Pues nada, vender partes de su cuerpo. Me parece que como fábula perversa es maravillosa.

© Prime Video

N.º90: Nada más lejos de la realidad. Además, otra crítica social que está constantemente presente en "El Trasplante" es la obsesión que tiene la sociedad por la eterna juventud.

Salvador Calvo: Las redes sociales han fomentado una imagen perfecta de belleza absoluta. Ya existen filtros. Estamos acostumbrados a ver solamente las cosas exitosas de nuestras vidas. Las vacaciones maravillosas, el viaje que me he pegado alucinante, la comida maravillosa que me voy a comer, etc. Todo lo bueno que nos está pasando, pero lo malo no lo contamos. Y eso no aparece. Cada vez nos estamos metiendo en un universo en el que todo el mundo cuenta lo bueno de sí mismo y nada malo. Entonces solo se valora lo perfecto que eres. Yo creo que las imperfecciones es lo que nos hace ser humanos. Pero se va anulando. Es interesante ver hacia adónde vamos. Y también terrorífico. Sin ir más lejos, nosotros hemos rodando en el hotel cápsula que existe en Madrid. Es como los hoteles japoneses. Pero estamos acostumbrados a la versión japonesa de lujo. Pero también existen en ciudades como Hong Kong o Bangkok y son terribles, más cercanos a una jaula. Tú te metes dentro de una jaula para que no te roben. Eso está ahí. Y ya hay dos hoteles así en Madrid. Estamos hablando de un futuro más cercano.

N.º90: El protagonista de tu historia es Javier Gutiérrez, actor con el que ya has trabajado en alguna que otra ocasión...

Salvador Calvo: Es mi tercera vez trabajando con Javier Gutiérrez. Y la verdad es que siempre es un placer, es buenísimo actor. Hay un plano en la peli, sin hacer spoiler, en el que hay un paso de tiempo, y arranca ese paso del tiempo con un plano de él. Y solamente en los ojos, la boca y el rostro ya cuenta todo ese paso del tiempo sin que veas nada más. Es impresionante. Es un lujazo. Es muy currante. A veces le digo que tiene esa cosa que tienen los actores americanos, de componer personajes con mil matices. Petra Martínez ha sido otro lujo, Ramón Barea o Carlos Cuevas, también hacen unos papeles que me fascinan. Quería que hubiese muchos silencios y muchas miradas, un subtexto, y creo que lo hemos conseguido, porque eso provoca inquietud.

© Montse Alcaraz

N.º90: Y aparte del estreno de esta segunda temporada de "Historias para no dormir", ¿tienes algún otro proyecto entre manos?

Salvador Calvo: Estoy con mi próxima película, que me ha costado un poco más levantarla porque era un poco más complicada. Siempre me tiro al barro. Voy a hacer una peli que transcurre en el norte de la India. Es una historia que tiene algo de inspiración en hechos reales, que está ocurriendo hoy en día. Está protagonizada por Miguel Herrán y Susana Abaitua. Y en el proyecto está Antena 3, Netflix y Disney + en la distribución. En enero nos vamos ya para la India para rodar.

Gemma Mondéjar
Comunicóloga. Me apasiona el arte en todas sus formas, lo que me ha llevado a dedicar los últimos siete años a la redacción y cobertura de eventos de temática cultural.
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